Ser fashion hoy












Hoy, lo fashion es tener una vida frustrada y hablar de eso con humor al mejor estilo Woody Allen. Aceptar las desgracias relajadamente o tomarse la histeria con alegría exagerada.
Las leyes de Murphy están número uno en el ranking de la fashioneidad.
Ser antihéroe o antiheroína es lo más, siempre que se guarde cierto aire a Bridget Jones que apunta a que una sea lo más, pero que al engordar mantenga su carita angelical, tenga una profesión aventurera con riesgos controlados y con dos pretendientes para elegir, uno rico y que la ama y otro no, pero que se supone que en la cama es un maestro.
Ser un frustrado, pesimista y quejoso está definitivamente de moda. Los comentarios de cada día en los blogs, abundan en despertares resacosos, colectivos hediondos, jefes malvados, sueldos miserables, ropas encogidas, plantones afectivos, sutiles traiciones, arquetípicas familias jodidas y otras desgracias. Todas, por supuesto le tienen que suceder a uno y nunca a los otros. Si uno quiere ser fashion, a los otros debe irles bien, para contrastar con las desventuras que uno vive (o con la frustrante vida sin aventuras).
Mi vida es así,frustrada, sin aventuras (o desventurada), claro que, sin la simpatía y facilidad para adelgazar después de haber engordado de Renée Zellweger, sin la inteligencia y creatividad apabullante de Woody Allen, y sin la fama y juventud de Lisa Simpson.
Aclarado el punto en el que queda implícito que en el fondo yo también soy moderna, procedo a continuar explayándome con mi estilo que (a diferencia de lo que estoy escribiendo en este momento) dista de tener esperanzas de convertirse a la modernidad.


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