Mujeres al borde de un ataque de nervios

Ayer fué el día internacional de la mujer.
Se eligió porque un 8 de marzo, uno se mandó una gran cagada con varias mujeres juntas. Casi todos los hombres se sintieron identificados (léase solidarizados) con el hombre de la cagada, y como las víctimas eran muchas y muchas las mujeres que se habían identificado con ellas y estaban muy enojadas, ellos decidieron decir que ese iba a ser nuestro día, porque para regalarnos flores éramos muchas.
Por supuesto, aprovechamos para hacerles saber lo mal que estábamos por su culpa, y lo sufridas que éramos. Lloramos, aprovechamos para pedirles algunas que otras cositas materiales, y cuando vimos que se les estaba
agotando la paciencia, terminamos perdonándolos por un rato. Como siempre.
Con el tiempo, decidimos que era tiempo de hacernos cargo de nuestros problemas, o nos hicimos cargo porque no nos quedó otra.
Claro, que lo que pasó el 8 de marzo, está ahí.
Cada tanto, se los recordamos, y, aunque a veces a mi me parece que algunas se abusan un poco, otras, sostienen que nunca es demasiado.

Se ven tiernos cuando están arrepentidos, pero eso sí, las flores, por la cabeza.


frustraciones, humor, comentarios cotidianos