El mundo se maneja para todo con estadísticas, (negocios, viajes, compras, publicidades etc) aunque es bien sabido que a veces, las excepciones existen. En su cuento "Pequeña historia tendiente a ilustrar..." etc, Cortázar
expuso lo insoportable que le resulta al hombre la repetición de las excepciones y lo frágil que resulta el mundo conocido cuando las reglas se rompen una y otra vez.
Pero..., ¿Cuántas veces puede repetirse una excepción para que confirme la regla?
¿Hasta cuántas veces puede repetirse sin que se considere que en realidad se ha invertido la regla y que en realidad la regla ahora la constituye la excepción?
Supongamos que tengo que viajar en avión a X lugar y justo diez días antes de mi viaje se cae (por accidente comprobado) un vuelo al mismo lugar. Se podría decir que ahora puedo viajar tranquila, porque según la ley de estadísticas, azares y probabilidades la probabilidad de que mi avión caiga accidentalmente diez días después es casi nula.
Ahora supongamos que siete días antes de mi viaje vuelve a caer, también por accidente, otro vuelo al mismo lugar.
Digamos que la probabilidad de que yo tenga un accidente yendo hacia allí, se transforman en nulas, pero algo empieza a movilizar las leyes estadísticas.
Entonces, cuatro días antes de mi vuelo (que nunca saldrá) cae un tercer avión.
Esta vez, se detiene el vuelo aéreo a ese lugar y se inicia una investigación de fondo que a lo único que lleva es a que fue un accidente, y que terroríficamente la ley de estadística (en X) está invirtiéndose.
Para rematarla, un grupo de valientes decide hacer un vuelo un día antes de lo que sería el mío que por cierto está interrumpido para siempre, y, si bien el avión este NO cae, debe realizar un aterrizaje de emergencia con heridos leves.
Los viajes aéreos a X se cierran para siempre porque ya nadie quiere volar hasta allí.
Por otro lado, cada vez que cae un avión a algún lugar, la gente deja de viajar a ese lugar en la semana subsiguiente.
Con el tiempo, las empresas aéreas empiezan a cerrar porque alrededor de la ley de estadísticas que dice que es mayor la probabilidad de tener un accidente en tierra que en avión, comienza a girar el mito de que no es cierto, porque en cualquier momento esta ley puede invertirse, y este es el fin de los aviones que tan maravillosamente bien nos han servido desde su creación hasta nuestros días.
Por supuesto, ahora las estadísticas son miradas con otros ojos, porque se sabe que en cualquier momento pueden ya no dar paso a las excepciones, si no, peor aún invertirse, por lo que las mismas quedarían destruídas para siempre.
De haber tenido paciencia, quizás nunca más en la vida (después de ese último aterrizaje forzoso) hubiese habido una accidente aéreo yendo hacia el lugar X.
O quizás si.
Quien sabe.