Hay gente que le echa la culpa de sus problemas al diablo o al destino.
Es una forma fácil de no hacerse cargo de la propia vida.
Yo tengo una amiga que no cree ni en el diablo ni en el destino, pero cada vez que uno le cuenta que su estado de ánimo anda mal, dice que es por la luna.
-Es la luna.
-...
Me pregunto qué tendrá que ver la luna con mi estado anímico.
-la luna controla todo, por eso a los locos se les dice lunáticos y de los cambios de ánimo de la luna nació la leyenda del hombre lobo.
Así que a la luna últimamente la miro con cuidado.
Nunca se sabe en qué cosa extraña lo puede terminar transformando a uno cuando está llena.