En general no miro películas de terror si estoy sola, pero si llega a suceder que no me puedo controlar y me alquilo alguna sigo el siguiente e inevitabilísimo ritual:
1-Dejo al menos una luz prendida en cada habitación del departamento incluyendo el baño, la cocina y los patios (que son dos), cuidando que no se vean sombras en los rincones.
2-Le saco la traba a la puerta de entrada y la dejo sin llave por si tengo que salir corriendo y por que aunque les suene raro, me da miedo adentro pero no afuera.
3-Ubico al televisor de manera que se refleje el pasillo que da a los dormitorios (lo tengo en el living) para usarlo de espejo retrovisor sin tener que mirar directamente y hacerle notar al asesino que ya sé que está ahí cosa que lo haría saltar directamente hacia mi sin darme tiempo a nada.
4-tengo a mi lado el teléfono de línea y el celular pero sin sonido, por que si suenan en medio de una escena de miedo me sobresaltan y me dejan el corazón a mil.
5-durante toda la película tengo el control en la mano cosa de poder poner pausa pronto para escuchar los "ruidos" que tengo que escuchar, no sea cosa que me pase como a esos inexpertos que por ponerse los auriculares, escuchar música o mirar tele a gran volumen se pierden el "sonido" que les hubiese salvado la vida. El de las chirriantes bisagras del placard abriéndose para dejar cruzar el umbral, a las más oscuras y terroríficas pesadillas.


Por supuesto que el asesino no existe ¿o qué se pensaban? Y si existiese no le tendría miedo, ¿o acaso hay algo peor que el hecho de que se te aparezca un asesino que no existe?
Si existiese podría ser eliminado, en cambio si no existe, jamás será eliminado y entonces existirá por siempre.
Pura lógica.