Si bien en este momento soy otra, diferente de la que alguna vez quise ser, para nada desearía convertirme en aquello que pretendí en el pasado.
Sé que si por azar me encontrase con mi yo de diecinueve años, no tendría, como otros ya han tenido, una charla sensata y poética frente a un río que son dos.
Ni ella ni yo ambicionaríamos conjeturar la incógnita que nos llevó a esa confluencia. No procuraríamos tranquilizarnos mutuamente, porque ambas estaríamos demasiado ansiosas por convencernos.
Yo, la de ahora, intentaría persuadir a mi yo anterior, de que hoy es mucho mejor; que no obstante lo distinto a lo que imaginó, no es menos positivo aunque sí más simple. Trataría, supongo, de allanarle el camino. Llegaría inclusive a pensar en manipularla para que encarrile hacia el lado de lo que hoy hubiese querido ser pero que en ese entonces no concebía. Lograría controlarme porque sé por experiencia, de las catástrofes de intervenir en donde no se debe.
A la otra, quizás, no le gustaría verme como será y no dejaría de tratar de incitarme a retomar el viejo sendero. Infructuosamente gastaría todas sus energías en demostrarme que alguna vez tuve la felicidad en mis manos y la dejé pasar, porque todavía está muy lejos de darse cuenta de que no es necesariamente esa, la senda de la felicidad "ajena". Ella no podría disimular su ansiedad ante la terquedad de esa desconocida que (peor aún), le cae bien. Entonces, completamente desesperanzada, con el conocimiento atroz de no poder realizar sus anhelos y convencida de la desgracia que le acontecerá, a lo mejor se quitaría la vida.
Se instalaría la paradoja.
El encuentro entre mis dos yo, nunca se produciría. Al no suceder esa reunión fatídica, tampoco ocurriría el suicidio, así que mi yo del pasado, subsistiría hasta la fecha de la ineludible coincidencia que causaría el suicidio que evitaría el encuentro que causaría el suicidio.
Todo porque a fin de cuentas, seguimos siendo iguales, aunque tan distintas. Por hoy.
Ella mañana va a cambiar de opinión varias veces hasta en un mismo día, va a tener nuevas ideas, va a encontrar otros caminos.
Acaso yo también.