Es importantísimo que todos tengan en claro una cosa: la imaginación es siempre ilimitada, y la creatividad es una cuestión de practicar y ejercitarse en la combinación de experiencias propias o ajenas, que estén en nuestra imaginación.
Alguien podría decir que a falta de experiencias aparece la imaginación que aumenta la capacidad creativa; o lo opuesto, o sea, que para ser creativo habría que acumular experiencias. También hay quienes sostienen que la imaginación y la creatividad son innatas.
Particularmente, creo que cualquiera, absolutamente cualquiera que se ejercite lo suficiente, puede finalmente convertirse en una persona altamente creativa. No hacen falta infinitas experiencias ni infinitos elementos que observar para poder crear. Basta tener bien ubicadas seis cosas esenciales: la línea y el círculo, la luz y la sombra, lo húmedo y lo seco. De esos elementos se extrae lo necesario para poder obtener todo. Ahí está lo rígido y lo blando, el color y la oscuridad, la vida y la muerte; y ahí está escondido el secreto simplísimo de la creatividad, porque ahí está todo.
Lo demás es una cuestión de practicar. Combinen, revuelvan, corten, peguen y mezclen.
Y es necesario que sepan esto porque es el único terrible gran problema de la mayoría: que no lo saben.