Ayer a la mañana cuando ya entraba un poco de luz en mi habitación noté, al entreabrir los ojos, que sobre mi acolchado (que es blanco), caminaba un bichito.
Era una miniatura, pero me paré bien de golpe y prendí la luz.
Una arañita. De las chiquitas, las marroncitas.
Creo que quería decirme algo, así que antes de que pudiese abrir la boca, la reventé contra el acolchado que tendré que mandar a lavar.

(Arañas que hablan al amanecer... ¡porrrr favorrr!!!)