Les podría contar que fui atacada por una manada de elefantes enfurecida mientras cruzaba la 9 de Julio. Que corrí hasta que pude parapetarme en la entrada de un edificio pero uno de los paquidermos se detuvo, asomó la cabeza y me dijo...
"¡Uuuuh! ¡cómo zafaste!!!", me guiñó un ojo y siguió de largo. Seguramente se enterarían enseguida de que miento porque hoy en día basta encender el televisor para saber que ninguna manada de elefantes atacó la 9 De Julio... y la televisión no miente. De esto último no estoy tan segura, pero casi todos lo creen y "la verdad es una mentira repetida varias veces", decía Goebbels que fue el ministro de publicidad de Hitler y para manipular el cerebro del pueblo fue un maestro. Yo tampoco (miento), pero como yo no lo voy a repetir, no me voy a arriesgar a contárselos si total no me van a creer.
Podría, en el medio, parar y contar que tres veces en mi vida vi ovnis o más bien, literalmente, objetos voladores "no identificados".
Les podría contar que a los trece vi el primero en la quinta de mi prima una noche que estábamos las dos acostadas en unas reposeras en el jardín mirando al cielo y charlando.

-¿¡viste eso!??? -me dijo ella.
-¡sí!!! ¿Qué era?!!!
-ni idea!!! ¿sería un bichito de luz??
-¿pero vos viste lo que hizo???
-impresionante. Y se fue para atrás! ¿nos creerán?
-no sé... yo no lo contaría... igualmente capaz que sí, que a lo mejor era un bichito de luz...
-...¿vos decís?...
-¿no?
-y sí... puede que sí... no sé...

Y no lo contamos porque no nos creímos a nosotras mismas, pero los bichitos de luz no dan de repente un par de giros rápidos y se alejan hacia atrás. Tampoco mantienen prendida su luz por más de cuatro segundos.
El segundo lo vi a los veinticinco más o menos. Yo volvía de mi trabajo a eso de las siete de la tarde cuando sobre avenida Córdoba, justo cuando iba a cruzar a la altura de Gascón, me llamó la atención que siendo aún de día, hubiese una estrella tan tan brillante en el medio del cielo. De repente, al lado de la estrella apareció una luz también brillante y bastante grande, se quedó como unos segundos quieta, hizo un movimiento en U, giró y desapareció achicándose hacia atrás (debo especificar que si bien la "luz" estuvo suspendida en el cielo un par de segundos antes de moverse, el giro fue rápido y el acto de "desaparecer" sucedió en las tres oportunidades en cuestión de un segundo y a una enormísima velocidad). Me quedé un rato largo dejando pasar los semáforos y esperando ver que se encendiese de nuevo más adelante, que titilase como los aviones, que apareciese más arriba, que fuese y viniese como los globos o que apareciese un helicóptero, pero no. Era de día, pero no se veía ni se vio más nada en el cielo.
Al mediodía siguiente, mientras mirábamos el noticiero con mis compañeros de trabajo (no recuerdo ni quienes eran los conductores ni qué noticiero mirábamos, pero sí que eran un hombre y una mujer), la conductora anunció sonriente:

-nos informan que ayer a la tarde, "una tarde en la que Júpiter estaba particularmente brillante" (sic), se avistó un ovni cerca de ese planeta.
-se ve que habría una fiesta en Júpiter! (otra vez sic) -dijo el conductor.
Se rieron, dijeron algo como "y no nos invitaron" o parecido. Hicieron algunos otros chistes más sobre la próxima fiesta y pasaron a otra cosa (¿ven que mentir lo que se dice mentir, la televisión no miente?). Claro que un objeto volador no identificado es exactamente eso, algo que se sabe que no es una estrella, ni una nova, ni un avión, ni un satélite, ni un globo, ni un helicóptero, ni un fenómeno celeste, ni nada que pueda identificarse. Lo que no entendí es cómo nadie más pareció verlo aquella vez en plena avenida.
Al tercero y último lo vi con mi ex.
Estábamos en un paseo nocturno por la reserva ecológica y no sé por qué mientras todos miraban al guía yo me di vuelta para mirarlo a él y él estaba mirando para el otro lado, o sea para donde miraba yo, para el cielo sobre el río. Ahí nomás apareció la cosa esa otra vez.

-¡¡¡¿viste eso??!!! -dijo en el primer segundo. Me miró a mí, vio que yo estaba mirando, se dio vuelta para seguir mirando y ahí nomás el objeto se fue -¡¡¿lo viste?!!!
-miramos a la gente pero todos le prestaban atención al guía.
-es el tercero que veo en mi vida -le dije.

Creo que no me creyó o no me escuchó. Se pasó toda la caminata mirando al cielo y se perdió la reserva de noche que, no sé ahora, pero antes de la construcción de toda esa masa de torres iluminadas justo enfrente, era muy hermosa.
Después se lo contó a unos amigos en común que no nos creyeron. Dijeron que a lo mejor era un avión, un satélite, Súperman. A otro amigo de él al que se lo contó pareció interesarle y dijo conocer a alguien que había visto también (¿también?) un "platillo volador" (oootro sic) que tenía todas luces rojas.
Yo, por las dudas, ante tanto despliegue lumínico y circular no conté lo de mi "avistaje" diurno sobre avenida Córdoba anunciado en la televisión (que no miente).

Poco después, mi ex y yo nos separamos sin que ET tuviese participación en el tema.
No tuve éxtasis místicos, no se me develó la incógnita del universo, no adquirí súper poderes y ni siquiera poderes elementales. Mi vida cambió radicalmente, pero mi vida, cada tanto cambia así que eso no cuenta.
No creo más ni menos cosas ni se me despertó una inteligencia ni una intuición inusitada.

Hace poco se lo conté a un muy amigo mío. No sé cómo salió el tema y pensé que daba para contarlo por primera vez, pero no me creyó, y es lógico, después de contar lo de la manada de elefantes... ¿cómo puedo esperar que alguien me crea lo otro que es mucho menos increíble que un elefante usando el verbo "zafar"?, porque les juro, les re re re juro que el elefante dijo "uuh!... cómo zafaste!...", me guiñó un ojo y se fue.