Es increíble como cuando uno está con bronca por algo o alguien, tiene la sensación de que pensando "una vez más" la cosa, va a descubrir algo o va a tener la solución.
Mentira, al final, siempre lo único que pasa, es que la cabeza termina latiendo como un bombo.
En vez de resolver algo, empezamos a ver mierda hasta en dónde había nada más que nubecitas.
Creo que eso sería lo vulgarmente conocido como " encontrarle la quinta pata al gato".
Es como una adicción. Como una paja mental ¡Qué difícil es parar la cabeza!
Inclusive a veces pasa que en lugar de focalizar en el sujeto o la cosa en cuestión, se empieza a ver problemas por todos lados y se termina hechando azufre hasta por la forma de caminar de la mina que va adelante en la calle (una es pobre y no tiene auto). En esos momentos, los mejor aspectados para el puesto de gente que nos hace sufrir en la vida, son los jefes/clientes y los colectiveros.
Antes, en épocas en que mi vida era cinematográfica y vivir el melodrama estaba a la orden del día, ponía músicas tristes, veía películas dramáticas, salía a caminar haciendo alarde de cara seria y sufrida (si llovía y hacía frío mejor) y buscaba apoyo y aprobación en el resto de la gente.
Error hablar con conocidos del involucrado y ni pensar en meter cizaña. Se puede volver en contra entonces ahí serán dos los involucrados hijos de puta, y mayor la sensación de "el mundo contra mi".
Ahora prefiero ver comedias pelotudas, leer a Louise Hay o hablar con gente que "sepa" de la cosa o que no conozca a los coprotagonistas (la protagonista por supuesto es una/o), y que sepa que son en general "gente objetiva".
Lo peor de todo, es que me da resultado, una, o se siente mejor o se vuelve cada vez más frívola.
Por favor: no cometer el famoso error del... "llamá y decile, así por lo menos te sacás la bronca".
Nada peor que intentar "sacarse la bronca" hablando en momentos de calentura.
Somos animales, es indiscutible, y así como los monos pueden pensar mejor cuando se relajan y miran las cosas desde otra perspectiva reorganizando la percepción (recuérdese el experimento de la banana, la jaula y el mono), también nosotros pensamos mejor cuando baja la temperatura.
Por desgracia, también existe el "Teorema de los monos infinitos".
Dice algo así como que un mono, pulsando infinitamente teclas al azar, en algún momento podrá escribir las obras completas de William Shakespeare, por ejemplo.
Yo pruebo y pruebo, pero hasta ahora, no consigo escribir más que cosas como estas. Tendré que seguir probando.
Eso si, como terapéutica de las emociones, a veces funciona.


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