A veces, cuando estamos con gente con la que no tenemos mucha confianza y a la que por algún motivo queremos caerle bien, y no hablo de tener intenciones por ejemplo, sexuales, si no simples intenciones de caerle bien por algún motivo que es importante para nosotros pero hasta ahí, o sea que no es que estamos en desventaja como podría ser con un jefe, los suegros u otras atrocidades; decía, que a veces, cuando estamos con esa gente, nos pasa que se produce algún silencio de esos tan incómodos en los que da la sensación de que nos están mirando y dándose cuenta de que no sabemos de qué hablar y nos rompemos la cabeza y pensamos que "no, no puedo hablar del tiempo", pero agradecemos que el otro comente como al pasar ..."¿vendrá o no el calor al final, porque la verdad que este año ¡Dios mío!"... y nos parece tan patentemente que nos están leyendo los lugares más recónditos de nuestra mente, y que estamos quedando al descubierto en todo y eso está mal, no porque esté mal si no porque no nos gusta nada; decía, que cuando nos pasa eso con esa gente, no tenemos mucho de qué preocuparnos o al menos no deberíamos, porque ellos, en esos instantes, pueden estar pensando sólo algunas de estas cosas:

1) pensando en cualquier cosa que consideren importante MENOS en lo que está pasando ahí, con nosotros.
2) pensando que este tipo/tipa es insoportable por favor que se calle la boca lo suplico no lo/la soporto más!
3) pensando y sintiendo exactamente lo mismo que nosotros, o sea, "no sé qué decir, que situación tan incómoda, que suene el teléfono, que explote algo, no sé... por favor algo".

Como verán, la tercera opción, confirma que pensar en eso es absolutamente inútil y un gasto de energía que podemos usar en cosas más útiles como por ejemplo, cantar, bailar, o hacer una torta de chocolate y ser de esa manera casi casi como la viudita de San Nicolás pero sin ser viudos y sin el arroz con leche.


Los ingredientes de la torta de chocolate los pueden encontrar *acá*.Yo no la hice, pero parece que esa gente sabe mucho.