Miedos tengo varios.
Me refiero a miedos reales.
Leves y obvios, o profundos, es decir, desde el miedo a las inyecciones, a miedos que por ahí son más de investigar con terapeutas.

Pero también están los "otros" miedos.
Los "otros" miedos son esos miedos que sé que son completamente irreales, pero a los que "por las dudas" les tengo miedo.
Tampoco hablo acá del loco de la motosierra, porque ese entra dentro de lo real (o sea que es un ser humano vivo).
Me refiero a los de fantasía.
Yo no les tengo miedo a los fantasmas, ni a los vampiros, ni a los extraterrestres, a Freddy o a los zombies (la existencia de los últimos es discutible, pero por ahora pongámosla en "irreales").
Es decir, obvio que me daría miedo si se me aparece Freddy Krueger o Lestat o Allien, pero no es que pienso en eso y me asusto.
A mi hay dos clases de "irrealidades" que me aterrorizan:
Las más suaves, son las de "terror psicológico".
Terror psicológico es aquel que se crea a partir de uno, como por ejemplo en la película "El planeta del terror", "La nave de la muerte" o "Miedo.com", en la que los terrores más profundos de uno se materializaban, inclusive aunque fuesen terrores de la infancia que parecían súper escondidos.
La otra clase de irrealidad que me da pánico, y la peor, es aquella contra la que no sólo no se puede hacer NADA, si no que uno está solo luchando (o rindiéndose) contra eso.
En ese punto, a las películas Japonesas de terror, son maestras en darme miedo.
Por ejemplo "The ring", o "The grudge" (La llamada o El grito) son esa clase de películas que si las veo no duermo.
Ese tipo de muerte terrible que avanza inexorablemente y no tiene forma de salvación posible.
(Ok, en La llamada hay una posibilidad, pero matar a otros para salvarte para mi no cuenta).
Otra película que me había aterrorizado en su momento fue "El ente", aunque la vi hace un par de años y me pareció livianísima.
Lo que más miedo me da de todo eso, es que encima de no poder evitar la muerte atroz que se avecina, uno no sabe ni siquiera adónde va a ir a parar su alma en el peor de los casos, o sea, en el caso de que quede viva.
Porque por lo menos si me matase Jason, mi alma seguiría su curso y además, sería una muerte decapitada, pero rápida.