Una vez, cuando estaba en tercer grado (me acuerdo por que estaba la Señorita Mary con nosotros), a una compañera mía, rubiecita ella y que no hablaba casi con nadie, le pasó algo en el recreo y empezó a llorar hasta que la llevaron a dirección.
Después de un rato vino a la clase que todavía no había empezado y se sentó en el fondo, medio lloricosa mientras la maestra le decía que espere ahí hasta que la fuesen a buscar, entonces fue mi amiga a hablar con la chica y volvió con la noticia de que se había "sacado el brazo del lugar".
Yo (que razoné que el brazo "sacado" sería el del lado opuesto al que le había visto yo por que si no me hubiese dado cuenta) estuve toda la clase evitando con desesperación mirar a la accidentada pensando que si lo hacía iba a ver un amasijo de sangre, huesos y cartílagos rotos que jamás iba a poder olvidar ni en sueños y que iban a constituir un trauma para toda mi vida.
La chica faltó durante unos días mientras yo me la imaginaba a la pobre sin brazo por la vida y acostumbrándose a vivir con su muñón cuando apareció de nuevo en la escuela.
Apenas la vi venir de lejos no quise mirarla más, por que había faltado pocos días y todavía debería tener sangre chorreando.
-¿Y cómo tiene el brazo? -le pregunté a mi amiga la que había hablado con ella
-tiene un yeso y un pañuelo atado.
-Pero... ¿tiene sangre?
-No.
Entonces me animé a mirarla y (puesto que mi amiga como detective no había sido confiable por que el brazo seguía en su lugar) le fui a preguntar qué le había pasado.
-Me disloqué el hombro. Parece que me tienen que operar por que es la tercera vez que me pasa -me contó.
Y ahí nomás me dio una clase de dislocamientos que me convenció de que si quería traumarme como correspondía iba a tener que conformarme con mirar películas como "La noche de los muertos vivos", "La mancha voraz", "La mosca de la cabeza blanca" o esas cosas que daban cuando yo era chica y que eran mucho más creíbles que ese insulso brazo en cabestrillo.
Eso o salir a cortar brazos por mi cuenta, pero como yo era (y soy) una cobarde preferí ver películas que es más cómodo, más limpio y menos riesgoso.
Y por cierto... mucho más realista y menos decepcionante que un yeso blanco sin un rastrito de sangre.

Otra de cuentitos

Yo tenía una colección de libritos de cuento con fotos "tridimensionales".
Eran unos libritos que tenían una especie de "ventanita" de plástico transparente que daba la sensación de que del lado de adentro estaba el muñequito fotografiado en vivo y en directo (no eran dibujos, eran FOTOS de muñecos).
Yo estaba convencida de que detrás de esa ventanita y metido entre el grueso cartón de las hojas estaban todos esos muñecos y toda la escenografía en persona, así que me pasé mi infancia intentando sacar a la "Cenicienta" el día de su boda, el cofre de joyas que le sacan a la bruja "Hánsel y Grétel" (en especial quería el collar de esmeraldas que se asomaba), la casita de "Anita y los tres osos" (quería el dormitorio con las camitas y esas comodísimas almohadas), los panqueques de "El negrito Sambo" que se veían como una delicia total y el patio real de "La bella Durmiente".
Yo abría entre la hoja y la foto (metía la uña por el medio del cartón) y como eran libritos de cartón muy grueso, siempre suponía que "el muñequito" estaría un poco más adentro entre la foto y el centro por que siempre quedaba espacio por donde seguir metiendo la uña.
Un día llegué a la capa más superficial de donde estaba la Cenicienta vestida de gala y ya no me quedó más nada por abrir.
Comencé a raspar entre el papel que quedaba y esa especie de "ventana" que era lo que separaba al muñequito del exterior "sabiendo" que me faltaba muy muy poquito para obtener todos esos tesoritos y de repente me olvidé.
No es que haya dejado de "creer" que estaban allí los muñecos, simplemente me olvidé de ellos y empecé a crecer.
Se ve que mi mamá en algún momento guardó mi colección de doce libritos que había dejado de leer y hace poco los encontré en un cajón en la baulera. Todos rotos, o mejor dicho "abiertos" y listos casi para sacar lo de adentro.
El problema de haberlo conseguido hubiese sido el tamaño, es decir, tamaño librito todo bien, pero si al salir cobraban tamaño natural ¿Adónde iba yo a meter por ejemplo al lobo de los tres cerditos? ¿Y a los osos de Anita o a las hermanastras de la Cenicienta??? Ni hablar de los burros de Pinocho que eran como cincuenta... ¿Y la ballena que se lo tragaba???
Dios mío!!! ¿Qué hubiese hecho yo con una ballena en mi casa?!!!... Supongo que pedir ayuda a Green Peace para llevarla al mar... y la llamaría Willy ¡Liberen a Willy!!!!
Me dijeron que se murió Willy... poooobre... ¿Y Flipper?... bisnietos debe tener Flipper...
Me voy a sacar cosas de los libritos. Ahora quiero la gallinita que pone huevos de oro.
Con un huevo macizo me conformo.
O no... mejor con dos.

Observando a Samara














En general no miro películas de terror si estoy sola, pero si llega a suceder que no me puedo controlar y me alquilo alguna sigo el siguiente e inevitabilísimo ritual:
1-Dejo al menos una luz prendida en cada habitación del departamento incluyendo el baño, la cocina y los patios (que son dos), cuidando que no se vean sombras en los rincones.
2-Le saco la traba a la puerta de entrada y la dejo sin llave por si tengo que salir corriendo y por que aunque les suene raro, me da miedo adentro pero no afuera.
3-Ubico al televisor de manera que se refleje el pasillo que da a los dormitorios (lo tengo en el living) para usarlo de espejo retrovisor sin tener que mirar directamente y hacerle notar al asesino que ya sé que está ahí cosa que lo haría saltar directamente hacia mi sin darme tiempo a nada.
4-tengo a mi lado el teléfono de línea y el celular pero sin sonido, por que si suenan en medio de una escena de miedo me sobresaltan y me dejan el corazón a mil.
5-durante toda la película tengo el control en la mano cosa de poder poner pausa pronto para escuchar los "ruidos" que tengo que escuchar, no sea cosa que me pase como a esos inexpertos que por ponerse los auriculares, escuchar música o mirar tele a gran volumen se pierden el "sonido" que les hubiese salvado la vida. El de las chirriantes bisagras del placard abriéndose para dejar cruzar el umbral, a las más oscuras y terroríficas pesadillas.


Por supuesto que el asesino no existe ¿o qué se pensaban? Y si existiese no le tendría miedo, ¿o acaso hay algo peor que el hecho de que se te aparezca un asesino que no existe?
Si existiese podría ser eliminado, en cambio si no existe, jamás será eliminado y entonces existirá por siempre.
Pura lógica.



Esperando a Shrek
















Desde hace siglos que la gente viene creciendo bajo la poderosa influencia de los "cuentos infantiles". Perrault, Hermanos Grimm, Andersen, escritores que durante toda mi vida consideré "sanos" y que marcaron definitivamente la vida de tantos.
Desde aquí hago un llamado a todas las madres del mundo para que se destierren para siempre, al menos como cuentos infantiles.
Piensen un poco:
El príncipe se enamora perdidamente de "La bella durmiente" por que es hermosa pero está dormida, lo que quiere decir que crecimos aprendiendo que las mujeres teníamos que ser mudas o estúpidas peeeeero por supuesto hermosas (el príncipe se enamora SOLAMENTE de su belleza).
Lejos, más y más lejos en "peligrosidad mensajística" está Blancanieves de quién se enamoran cuando está muerta, lo que es CASI lo mismo pero peor aún, porque encima de muda, es frígida.
La Cenicienta no vale nada si no está vestida como una diosa. Aunque el mito de la "sirvienta que se casa con el millonario" sigue hasta nuestros días en miles de películas y teleteatros y lo que es peor, en la cabeza de muchísimas mujeres que siguen creyendo que sin "el" nunca van a ser nada como dicen los cuentos o en la cabeza de muchos hombres que quieren a la super ama de casa bellísima a la que si sacan de pobre siempre será de ellos.
En "nefastuosidad" no se queda atrás "El gato con botas", que ayuda a su dueño a hacerle creer a la princesa que es millonario (aunque es un mendigo) y así se casa con ella (o sea, mintiendo, por que si dice la verdad (que es pobre), no lo quiere nadie).
A Hansel y a Gretel, los padres los abandonan cruelmente en el bosque por falta de dinero y encima ellos "asesinan" a una anciana aunque pueden perdonarse por que era una anciana caníbal.
En Caperucita Roja, el lobo se desayuna la abuelita por culpa de que la pendex cometió la pelotudez (mujer tenía que ser) de hablar con desconocidos.
En "Jack y las habichuelas mágicas", el chico le "roba" olímpicamente y con descaro al ogro mientras duerme. Y se supone que hizo genial. Encima también lo mata por que cuando el ogro lo persigue (consideren que le robaron SU gallina de los huevos de oro) Jack corta el árbol gigante haciéndolo caer desde semejante altura. Pero no importa por que era "ogro" y a los "ogros" hay que matarlos a todos.
El "Patito feo" es feo por que es "negrito y petiso" y por eso NADIE lo quiere y lo discriminan, pero por suerte cuando crece se pone hermoso... o sea, "blanco y alto" (se convierte en cisne).
En los "Tres Cerditos" te enseñan que si te divertís, escuchás música, bailás o (lo peor de todo), tocás algún instrumento musical, morís. Directamente.
Así como el mensaje hacia las mujeres es una porquería, no se queda atrás el dirigido a los hombres: Si no sos príncipe poderoso y millonario y valiente, NUNCA vas a encontrar a una mujer que valga la pena.
Ahora parece haber una "lucha de mensajes" entre Disney y la Warner.
A mi las películas de Disney me encantan, pero admitamos que a nivel "meterle a un chico cosas en la cabeza" son un desastre, está mucho mejor enseñarle que lo importante no es lo que parecés si no lo que sos, y que si te mostrás tal cual sos, la cosa puede ser más fluida.
Por si no se entendió lo último: ¡Aguante Shrek!

Está la mosca común, la mosca verde (o de cresas) que es la que pone los huevos, el moscardón que es igual a una mosca pero grande y peluda (si, bueno, malpensados, otra descripción no tiene) la mosquita que es igual a una mosca pero chiquita también conocida como "mosca de la fruta". Mosca, mosca de cresas, moscardón, mosquita.

¿Qué tiene de mosca el MOSQUITO?
Debería llamarse "mosquito" a una mosca macho recién nacida, o sea al hijito varón de las moscas, de lo contrario, habría que considerar renombrar a la especie "mosca" con nombres que no tengan nada que ver con el mosquito quien por cierto está mucho más cercano a Drácula que a la mosca.
Como renombrar el mosquito se me ocurre difícil, creo que lo mejor es matarlos a todos, por ende este blog se declara en contra de los mosquitos que, además de chupar sangre y sacar ronchas, se hacen llamar así con la manipuladora intención de generar cierta ternura al suponer que es un ser "hijito".

Reunión de consorcio

Se podría decir que la reunión de consorcio de anoche fue la mejor que he tenido en mi vida aunque nunca se sabe.
Deberían haber visto pobrecito al viejo que nos administra. Aunque en cierta forma Alberto tenía razón, me partió el alma.
Hay que ver lo mal que lo trató el hijo de puta mientras exponía sus motivos en contra.
A un costado estaba Luisa, su mujer que se cree un poco Evita aunque la pobre ni siquiera le llega a Esther Goris.
Y cuando digo que Alberto es un hijo de puta no lo digo porque sí. De todas formas hay que reconocer que es inteligente. No cualquiera hace el trabajito que se mandó el para defenestrar tanto a una persona.
¡Qué lástima que me dio el administrador!!!
Una tras otra le enumeró las cagadas que se había mandado con un tonito que daba asco.
Con lentitud, con calma, arrastrando las palabras...
Al término de cada cagada que enumeraba se mandaba una frasecita del estilo de "no hace falta ser demasiado inteligente para resolver esto me parece"
-Escuchame Alberto -interrumpió la del octavo- ¿me querés decir porqué en vez de esperar hasta hoy para decir estas cosas no se lo ibas diciendo a el para que lo corrija a medida que pasaban o avisabas a algún miembro del consejo?
Alberto siguió imperturbable enumerando las cagadas del viejito, claro que no se imaginaba que este iba a decir la línea que haría detonar la bomba.
-Disculpenmé gente, pero a mi nunca antes me habían tratado tan mal en mi trabajo, así que yo en estas condiciones no puedo seguir trabajando para ustedes.
Renuncio.
-¿Sabés que pasa Alberto? -se ofuscó la del octavo entre el murmullo general- ¡que vos sos un guacho, porque organizaste todo a propósito y no era necesario llegar a esto, así que hagan lo que quieran, yo de acá me voy!
Lo que siguió fue realmente genial.
No puedo precisar exactamente los tiempos, pero la del octavo se empezó a subir al ascensor, y la siguieron dos vecinos que asentían sobre la hijoputez de Alberto.
Yo estaba justito al lado de su esposa (La de Alberto que se cree Evita), y pensando que la cosa estaba terminando empecé a tomar envión para irme cuando un grito me bombardeó el oído.
-¡TE DIJE ALBERTO QUE NO ABRÁS LA BOCA PORQUE ACÁ SON TODOS UNA MIÉÉÉRRRDÁÁ!!!
Una milésima de segundo de silencio y el ascensor que todavía no había arrancado se abrió de repente. Salieron las tres que se iban de adentro con la del octavo a la cabeza.
-¿Qué te pasa a vos?, ¿A quién le decís mierda?
-¡YO A VOS NO TE HABLÉ!... -contestó la Símil Esther Goris dándoles la espalda y hablándole a su marido- ¡TE DIJE ALBERTO QUE NO DIJERAS NADA QUE ERAN TODOS MIÉÉÉRRRDAAAAS!!!!
Todos la mirábamos sorprendidos, también se escuchaban murmullos.
-¡Escuchame maleducada, vos me estás tomando por pelotuda, que te creés que no sé que me estás diciendo mierda a mi!!
-SI, VOS TAMBIÉN SOS UNA MIÉÉRRRRDAAAA!!!
-¿Cómo vos TAMBIÉN?, -saltó una de no sé donde a la que nadie le había hablado- ¡yo no soy ninguna mierda!
-¡A VOS NO TE DIJE MIERDA!
-¡No tenés derecho a decirle mierda a nadie!- agregó otra.
Yo miré para adelante y mis ojos se posaron en una chica de unos veinte años que asistía a su primera reunión de consorcio y que estaba tan tentada que le caían lágrimas, así que teniendo en cuenta que Símil Esther estaba justo al lado mío, miré hacia abajo y me dediqué a seguir escuchando.
-¡HUBIESES DEJADO QUE SE LES CAIGA EL EDIFICIO ENCIMA, PORQUE SON TODOS MIÉÉÉRDÁÁÁSSS!!!!
-Esta mujer está alterada... -dijo alguien.
-Luisa ¿Porqué no te tranquilizás? -acotó el marido
-¡PORQUE SON TODOS UNA MIÉÉÉRDÁÁÁÁ!!!!
La viejita que tenía al otro lado se me acercó y me susurró al oído.
-¿Porqué les dice mierdas?
-¡Tu marido y vos son dos hijos de puta que se quieren llevar el mundo por delante!!! -gritaba la del octavo.
-QUE SE LES CAIGA EL EDIFICIO ENCIMAAAA!!!
-¡Loca de mierda sos vos!
-¡¡¡¡MIÉÉÉRRRDÁÁÁS!!! ¡¡TODOS MIÉÉÉÉRDÁÁÁSSS!!!

En tres días tenemos la segunda reunión porque esta obviamente terminó para la mierda aunque fue la mejor que tuve en mi vida y dudo que se vuelva a repetir algo como eso por que dicen que segundas partes nunca fueron buenas, pero nunca se sabe.