Cuando era chiquita, le tenía terror a los payasos.
No es que creía que eran sobrenaturales, pero me los imaginaba llevando una vida terrible, caminando encorvados en la oscuridad de la noche y ocultando algo denso detrás de la máscara.
Me parecía que en el fondo eran seres serios y sórdidos, que tenían poco tiempo para cosas de niños, pero que por algún motivo tenebroso se ocupaban de eso.
Es el día de hoy, que me causan una sensación como de tristeza.