La única vez en mi vida que un tipo me "enamoró" por la calle y me dejó pensando en el (y todavía me acuerdo), fue una en la que yo estaba en pleno centro buscando una librería específica (no me acuerdo cual, pero me habían dicho que estaba sobre avenida Corrientes, después de Callao y antes de Paraná).
Yo debería parecer medio perdida mirando los nombres de todas las librerías por las que pasaba, tanto de una mano como de la otra. (encima me parece que por Corrientes, antes había más librerías que ahora) y de repente, en un momento en que me quedé mirando como la nada, un tipo se me acercó, y dio una flor.
Me la dio tan de improviso que la agarré, y estaba a punto de devolvérsela (para estas cosas soy muuuy antipática), cuando el me dijo muuuy dulcemente..."es para que la tengas mientras encontrás tu lugar"..., con una sonrisa alucinante me guiñó el ojo, se dio vuelta y en un segundo desapareció arriba de un colectivo.
No era hermoso ni nada de eso, pero me dejó helada mirándolo.
Si hubiese sido una película yanqui, me hubiese subido a algún taxi y le hubiese dicho "¡siga a ese colectivo!".
Después de eso, siempre pensé que si me volvía a pasar algo parecido, mínimamente me iba a subir con el al colectivo, aunque quizás así hubiese perdido la magia... quien sabe, si no se hubiese ido, yo le hubiese dicho gracias y hubiese seguido caminando haciéndome la interesante y él se hubiese quedado ahí, esperando el colectivo...